¿Puede la compra de segunda mano ayudarnos a salvar el planeta?

Te ahorraremos las predicciones pesimistas, basta con decir que no podemos dejar que Greta Thurnberg cargue con todo el peso. Así que hoy vamos a disipar esas nubes oscuras con una inmersión profunda en por qué comprar artículos de segunda mano puede ahorrar más que dinero.

Sí, centrémonos en los aspectos positivos. Claro que salvar el planeta requerirá mucho trabajo, pero no nos asusta un poco de trabajo. En este blog, veremos una de las formas más fáciles en las que podemos marcar la diferencia y abordar la emergencia climática de frente, y se trata de cómo compramos.

El impacto ambiental de comprar en el mercado de segunda mano es mayor de lo que crees. Así que, analicemos por qué optar por productos usados ​​es tan bueno para el planeta, con una lista de cinco formas en las que comprar artículos de segunda mano puede proteger el medio ambiente.

#1 Las leyes de la oferta y la demanda

Hoy en día, el poder del big data y el comercio electrónico pueden predecir el embarazo adolescente antes de que las chicas lo descubran por sí mismas. Es aterrador pero cierto. Hoy en día, los datos de las compras online pueden identificar cambios sutiles en nuestros hábitos diarios de compra de alimentos que sugieren que puede haberse producido un embarazo. Así que, plantéese esta pregunta: si la IA y la analítica ya pueden hacer esto, ¿qué posibilidades hay de que los mismos sistemas detecten a un cliente que busca un producto de segunda mano? Creemos que es seguro decir que la respuesta tiene que estar cerca del 100 %. El resultado de esto significa un cliente menos y un artilugio menos en demanda. Pensando lógicamente, como suele hacer la IA, si una empresa tecnológica se da cuenta de que la tendencia a optar por el último teléfono estrella se desvía hacia un mercado de segunda mano más sostenible, puede que se adapte a ello. Es posible que no solo produzca menos teléfonos, sino que empiece a fabricar dispositivos más sostenibles en un intento de captar una mayor cuota de mercado.

#2 La respuesta está justo en nuestra calle

Hoy en día debemos afrontar el hecho de que muchos productos nuevos se fabrican en tierras lejanas, ya sea Corea, China, India o más allá, es un punto discutible. El hecho importante es que, sin importar lo que compres nuevo, tendrá que viajar un largo camino para llegar a ti. Si nada cambia para 2050, las predicciones de la agencia de Transporte y Medio Ambiente sugieren que el transporte marítimo global será responsable del 10% de las emisiones globales. En cambio, tu nuevo modelo de segunda mano puede estar a la vuelta de la esquina y nadie necesita talar árboles para envolverlo.

#3 ¡Mejor lo tuyo que lo mío!

¿Sabías que extraer el litio necesario para fabricar baterías de teléfonos inteligentes y portátiles es literalmente salar la tierra? El proceso de extracción de litio implica bombear miles de litros de salmuera sobre tierras planas en países como Perú; el resultado final es un paisaje extraño y carente de vida, y cada vez que compramos un teléfono nuevo el problema empeora. Si tan solo decidiéramos optar por algo usado, el mundo tecnológico captaría rápidamente el mensaje. Una vez que las ventas de teléfonos nuevos se agoten, tal vez incluso busquen fuentes de energía alternativas en un intento de recuperar a los compradores conscientes del clima.

#4 Convertir montañas en montículos de arena

Todo lo que usamos, vestimos y apreciamos tiene un propósito y un lugar. En el momento en que dejamos de usar las cosas, las desechamos. Este desperdicio crea vertederos montañosos que destruyen nuestro medio ambiente y arruinan el paisaje. Los vertederos tardan generaciones en eliminar las toxinas de su suelo y volver a ser seguros para su uso. Al elegir darle una segunda vida a un artículo, estás reduciendo los desechos que se envían a vertederos e incineradores.

#5 Deja solo huellas

Todo lo que podamos hacer para reducir nuestro impacto en el medio ambiente es una tarea que vale la pena emprender. Nuestra necesidad constante de cosas nuevas, mejores y más rápidas ha acelerado la extracción de recursos, la destrucción del hábitat, la contaminación por sustancias químicas tóxicas y las emisiones globales dañinas. Cambiar nuestros patrones de compra es la solución más simple a un problema universal. Los bienes de segunda mano no causan nada de lo anterior. Cada vez que tomamos el camino moralmente superior, enviamos una señal a las corporaciones para que cambien sus métodos.

En conclusión

Los cambios no tienen por qué ser decisivos. No todas las decisiones que tomamos tienen que ser críticas. A veces, la única forma de lograr un cambio real es dar pasos graduales. El mundo no se dará cuenta si la pequeña Suzy recibe una nueva BMX esta Navidad. Sin embargo, si suficientes niñas se despiertan y descubren que la nueva bicicleta que trajo Papá Noel es nueva para ellas, entonces la ecuación cambia. Si cambian suficientes actitudes, existe un punto de inflexión y cuanto más rápido lo alcancemos, más podemos hacer. Entonces, si estás buscando comprar algo, actualizar tu teléfono o tal vez te preocupa la llegada del hombre alegre del traje rojo, ¿por qué no te registras en Riloop? Te ayudaremos a ahorrar algo de dinero mientras te ocupas de salvar el planeta.